Confirman las autoridades marroquíes la muerte de 18 hombres negros que intentaban entrar en Melilla saltando las vallas fronterizas. Y a lo largo de la tarde, añado, las oenegés marroquíes hablan de 27 muertos, pero puede haber más. Los hechos que causaron esas muertes ocurrieron en territorio alauita y bajo la intervención de los gendarmes y de los meharíes del país, como consecuencia de la prestación de servicios tras el cambio de política del gobierno español, o de su presidente, con respecto al antiguo Sahara español. Calculan que 2000 migrantes intentaron entrar en Melilla.
Cuando Marruecos dejó pasar a unos cientos de adolescentes por la mar cercana a la frontera ceutí hace unos meses no hubo muertos. La posición adoptada por la gendarmería real respondió a que un solo árabe blanco, jefe militar polisario, había volado de Argelia a Logroño enfermo de COVID. Una jueza, o un juez, abrió diligencias y empapeló a la ministra de Exteriores. Al final nada. Pero en la oscuridad del Poder presidencial se decidió a virar el rumbo, abandonado a los polisarios saharauis y apoyando la postura norteamericana defendida por Mohamed VI, que, inmediatamente, recibió al presidente español.
Hace unos días en una reunión bilateral, el ministro Grande Marlaska besó los dos carrillos del ministro del Interior marroquí y se ha mostrado encantado del rumbo que tiene el control migratorio irregular de hombres negros afanosos de pasar a la Península ibérica. El magistrado-político-policía se ha enterado hoy de lo que cuesta en vidas humanas sus besos protocolarios sin mascarillas ni distancias de seguridad. Eran muertos negros. En USA también hay muertos negros por disparos policiales y Biden va a venir a Madrid para abrazar al rey y al presidente del gobierno. Dándoles la mano, no besos. La española cuando besa es que besa de verdad, pero Biden no es español.
La mayoría de los hombres negros que intentaron entrar en Melilla, sin respetar la Constitución como Casado y Feijó con el Consejo General del Poder Judicial por cierto, proceden de Chad y de Sudán del Sur. Qué ocurre e esos dos países? Pues en Chad: El Índice de Desarrollo Humano de la ONU coloca el país como el tercero menos desarrollado del mundo, ya que el 80% de su población vive por debajo de la línea de pobreza, para el año 2021. Un país en luchas intestinas y masacres de milicias varias, religiosas algunas. El principal socio comercial de Chad es la Unión Europea. ¿Curioso no? Pero no pueden venir personas negras y jóvenes, porque todavia la UE no comercia con personas pero ya inició ese camino en Turquía con los migrantes en busca de refugio. ¿Y Sudán del Sur?: Es el estado soberano más joven del mundo, condición que aún ostenta en la actualidad. En marzo de 2015, ingresó como el miembro 134 del G-77. Sudán del Sur ha sufrido violencia étnica y ha estado en una guerra civil desde 2013; y a partir de 2017, tenía la puntuación más alta en el Índice de Estados Frágiles (antes, el Índice de Estados Fallidos), superando a Somalia. La mayoría de los 2000 hombres negros que han luchado por entrar en Melilla huyen de la pobreza, del paro, de la pesadumbre del vivir sin horizontes. Como los gallegos que fueron a América del Sur aprovechando un tiempo en que nadie les pegada con varas y con pelotas de goma y los guardias civiles iban por parejas camineras para perseguir as bruxas e os homes lobo y no habían nacido ni Grande Marlaska, ni Corcuera. Y Aznar cantaba el cara al sol en Valladolid. Pedro Sanchez aprendía a contar con los dedos. Rosalía de Castro, en Follas Novas, lo poetiza así:
¡A La Habana!
Le vendieron los bueyes,
le vendieron las vacas,
el pote de caldo,
la manta de la cama.
Le vendieron el carro
y tierras que tenía
lo dejaron solo con lo que vestía.
María soy joven,
pedir no me es dado, me voy por el mundo
a ver si algo gano.
Galicia está pobre
y a La Habana me voy….
¡Adiós, adiós, prendas de mi corazón!
Hoy 27 hombres negros, muertos en Nador, junto a Melilla, falan galego. Eu morro con eles. Alberto Revuelta