No solo rescata cada año a 150.000 migrantes, también trata de acoger a los que rechazan Francia y Alemania
El diputado Marazziti lo tiene claro: “Europa es una vieja señora, casi sin descendencia, que tiene que decidir si quiere seguir envejeciendo sola, encerrada en su hermosa casa, rodeada de muebles, cuadros y joyas, o compartiendo el futuro con los que llegan. Las migraciones, en vez de un peligro, son una gran ocasión. Una transfusión de futuro y solidaridad para la vieja señora”.